sábado, 22 de mayo de 2010

Revela el Gobierno su estrategia para desalojar a Clarín de Papel Prensa

Oficializó Moreno un plan para demostrar que el traspaso en los 70 fue por presión militar a favor de los tres diarios. Denuncias de “retornos” y de costos diferenciados
Por: Ariel Cohen
En una contundente tour de force en la batalla del Gobierno contra Clarín, el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, reveló la intención oficial de cuestionar la legalidad de la compra de las acciones de Papel Prensa “en el marco de un terrorismo de Estado”. El jueves acudió en forma sorpresiva a una asamblea de accionistas de Papel Prensa, cuya mayoría accionaria corresponde a Clarín y a La Nación. Debían convalidarse designaciones en el directorio, objetadas por la Justicia.
Pero Moreno llegó acompañado, “a pedido del Estado Nacional”, de José Pirillo, ex titular de La Razón, que en 1976 tomó parte de la compra de acciones de Papel Prensa, y de Lidia Papaleo de Graiver, viuda de David Graiver, el banquero ligado a Montoneros que tuvo en su poder las acciones de la fábrica de papel hasta que, luego de su muerte en un accidente, fue comprada por los tres diarios.
La presencia de Papaleo apuntaba a testimoniar “que estando secuestrada, la llevaban y la traían para firmar la venta de acciones de Papel Prensa”. Su testimonio y el de Pirillo (ver aparte) fue escuchado cuando concluyó la reunión del directorio, que se inició a las 9,55 de la mañana. Pero Moreno dejó planteados sus objetivos a través de una prolongada y meditada intervención, con ocho ejes.
A viva voz, y por momentos a los gritos, de acuerdo con algunos de los presentes, las objeciones del secretario se volcaron al manejo de la compañía que, a su juicio, tiende a favorecer a Clarín y La Nación. A sabiendas de que sus palabras cobrarían estado público, Moreno no se privó de epítetos, de acusaciones y de presentación de documentos. En algunos casos, según el mismo reconoció, apócrifos.
Empleados de Papel Prensda afirman haber escuchado a Moreno dialogar fuera de la reunión, de la que se retiró por algunos minutos, con la presidenta Cristina de Kirchner.
A diferencia de otras expresiones de intención, en este caso se produjeron al interior de la sociedad y dejaron entrever el futuro cuerpo de argumentos con los cuales pretende debilitar la posición de Clarín en Papel Prensa y en el mapa de medios en general. De acuerdo con el Acta de Directorio, al que accedió Perfil, la hoja de ruta es la siguiente.

Interés público. Moreno afirmó en diferentes tramos de su exposición que Papel Prensa es una compañía de interés público, por lo cual es relevante su funcionamiento al interior.

“La Verdad”. El secretario reiteró que está en marcha un informe “en el que se sabrá la conducta de los señores accionistas y de las personas físicas que operaban en nombre de personas jurídicas”.

Legalidad. Adelantó su posición acerca de que, en referencia a la transferencia accionaria, “si no fue ejercida con criterio comercial entre empresarios que ejercen el comercio bajo la condición de hombres libres, se está en presencia de vicios de nulidad que tendrán que resolverse (...) Esto tendrá que ver con las decisiones que se tomarán a posteriori y con cómo se va a administrar la empresa”.

Beneficios. Moreno sostuvo que los accionistas privados generaron “un mecanismo al interior de la empresa para que funcionara pura y exclusivamente a beneficio de los accionistas controlantes”.

Quebrar el frente. En varios momentos de la asamblea, Moreno destacó y ponderó que Julio César Saguier y Alejandro Saguier, de La Nación (“Nada puede decir de la familia Saguier”, se aclaró), por su juventud e inexperiencia empresarial no estaban involucrados en las maniobras empresariales que denunciaba. En un decidido intento por separarlos del Grupo Clarín, afirmó que, en cambio, a partir de ahora, ellos ya sabían “La Verdad” y deberán actuar en consecuencia.

Denuncia de retornos. Moreno denunció que “hay serias sospechas de que la empresa ha funcionado en las últimas décadas con retornos de proveedores recolectados por el actual gerente de la empresa, que es el señor (Jorge) Noseda”. Dijo que cobró retornos de “entre el 10% y el 15% de cada factura de compra, que era reciclado a los accionistas. Al cierre de esta edición se desconocían denuncias formales ante la Justicia y a los organismos internos acerca de estas maniobras.

Sindicación oculta. Moreno acusó a Clarín y La Nación de haber mantenido oculto un pacto de sindicalización de acciones, que fue disuelto hace pocas semanas. Afirmó que ese ocultamiento es ilegal. Los accionistas aseguran que ese acuerdo fue comunicado oficialmente en los años 70, que consta en los libros contables de Agea y La Nación SA, que no fue ocultado y que por ese motivo fue informado a la Bolsa.

Costos diferenciados. Moreno, además, apuntó contra un sistema de costos diferenciados, por los cuales se le habría cobrado más barato el papel a La Nación y Clarín respecto de otros medios. “Se fabrica una bobina de papel, y se vende a Clarín a un costo, pero la que sigue detrás y se vende a Infobae tiene otro costo”, denunció. Tal vez aludía a BAE, diario del oficialista grupo Spolski de medios.

Se crió leyendo ‘Clarín’
Moreno anunció que su madre no comprará más el diario de Magnetto
“Solicita a los directores que hagan una revisión sistemática y hagan un informe pormenorizado de lo que está pasando para que no sigan en la empresa personas que pudieran estar relacionadas con episodios de la década del 70. Dice que no sea cuestión de que se diga que en cierto momento se decía qué noticias se tenían que publicar y cuáles no o que se pueda señalar que en algún momento llamó Massera para que no se publicaran noticias sobre hijos de desaparecidos.”
La transcripción de la asamblea de Papel Prensa permitió conocer varios aspectos de la ofensiva oficial contra el Grupo Clarín. Fruto de una meticulosa acción de Moreno, quien según relatos de empresarios y asesores tiene una “mesa de arena” en un pizarrón con la composición accionaria de Clarín y sus empresas vinculadas, el funcionario tiene la capacidad de polemizar en el propio terreno reglamentario con sus socios. Va de la política a la técnica, mirando a la “platea” y subestimando, incluso, los argumentos técnicos.
Continúa la transcripción: “A partir de ahora, señala (Moreno), nadie podrá decir que no lo sabía. El doctor (José) Aranda expresa que las manifestaciones del licenciado Moreno tienen el mismo rigor que los valores del Indec. El señor secretario de Comercio Interior expresa que su función es la de secretario de Comercio Interior y que el Indec depende de la Secretaría de Previsión Económica y del Ministerio de Economía. Ironiza diciendo que el doctor Aranda se informa con el diario Clarín (...)”.
A sabiendas de sus múltiples públicos, el funcionario también buscó consensos: “El licenciado Moreno informa que su señora madre dejará de comprar el diario Clarín que era su modo habitual de información, y recuerda que él se crió leyendo ese diario. Continúa diciendo que se está frente a un cúmulo de situaciones muy complejas que hacen al desarrollo de la empresa”.
Pero pone una “verdad” como bien supremo a cargo de su acción y la del Estado nacional. Según dijo, esa verdad “está empezando a emerger sobre cómo los accionistas mayoritarios compraron, gestionaron, hicieron actos y acuerdos espurios entre ellos, que no fueron informados, y cómo avanzada la democracia pretendían seguir cumpliéndose esos pactos, según gente (...) que está en condiciones de ratificarlo (...), ante lo cual varios accionistas expresan su oposición”.

Avanzará el Gobierno con una nueva política de precios en Papel Prensa
La semana próxima podría intentar el Gobierno una nueva estocada sobre los accionistas mayoritarios de Papel Prensa, y en particular el Grupo Clarín. Con el objetivo de tomar el control de la fabricante del principal insumo para periódicos del país, el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, viene “armando un caso” con múltiples entradas: la declaración de nulidad de la compra de acciones por el holding que conformaron en los 70 Clarín, La Nación y La Razón, bajo pretexto de haber sido transferidas bajo presión de la dictadura militar es la principal. Pero Moreno puso en su mira la gestión interna de Papel Prensa. Acusó en una asamblea de accionistas la semana pasada al gerente general, Jorge Noseda, de administrar retornos de entre 10 y 15% de las compras. Además, basado en informes apócrifos, denunció el registro de costos de producción menores para el papel que se le vendía a Clarín y La Nación.
Pero el próximo 3 de junio, en la asamblea de accionistas deberá definirse una cuestión clave: la nueva política de precios que adoptará la empresa. El Estado, con 27,4% de las acciones, pretende modificar la pauta de precios con descuentos por volúmenes y plazos de pago. Para el plazo que vence el 3 de junio, la directora por el Estado, Beatriz Paglieri, en una discusión preliminar, planteó que aspira a que Clarín y La Nación paguen un precio de 8,9% sobre los costos de producción, a diferencia de los 2,6% que se manejaban hasta octubre pasado. El riesgo que plantean los accionistas mayoritarios y la gerencia de Papel Prensa, es quedar fuera de mercado respecto de los precios de papeles importados. Paglieri manifestó que deberían investigarse las condiciones de producción de papel para periódicos en el exterior, por si se estuviera cometiendo dumping. De ese modo dejó entrever que podrían aplicarse aranceles a la importación de papel para diarios. La Asamblea deberá plantear ahora la nueva política de precios. Probablemente para entonces, Moreno tenga listo su informe “Papel Prensa, la verdad”.

Controvertido testimonio
Lidia Papaleo dijo que la venta se produjo mientras estaba en la cárcel
Por: Sebastián Iñurrieta
Hicieron falta 34 años para que Lidia Papaleo rompiera el silencio. Y lo hizo ante un inimaginable auditorio: el directorio de Papel Prensa. De la mano de Guillermo Moreno, la viuda del banquero David Graiver relató ante los actuales accionarios de la compañía su versión sobre el cuestionado traspaso de la papelera a los principales diarios durante la última dictadura militar.
En la reunión de directorio, el pasado jueves, Papaleo junto a José Pirillo, ex dueño de La Razón, visitaron Papel Prensa, en Bartolomé Mitre al 700. “Contó cómo fue presionada para vender sus acciones”, relató Pirillo a PERFIL. Según dijo, Papaleo afirmó que durante su cautiverio fue sometida a torturas y “en dos o tres ocasiones” fue llevada “como si fuese un paquete a las oficinas de La Nación” para que se desprendiera de los títulos que había heredado tras la misteriosa muerte de su esposo, en un nunca aclarado accidente de aviación en agosto de 1976.
De acuerdo con el ex empresario, Papaleo sentenció: “Le tenía más temor a la mirada de Magnetto (Héctor, el CEO de Clarín), que al propio secuestrador”. Meses más tarde de la muerte de Graiver, ambos diarios se hicieron cargo de la papelera junto al Estado, que siempre se mantuvo como un socio minoritario.
Según el ex dueño de La Razón, Moreno les pidió a él y a Lidia Papaleo que ambos testimonios fueran escuchados en la asamblea pero los accionistas se negaron. Hablaron al final, fuera del orden del día. “Moreno les dijo que se quedaran si querían saber la verdad sobre cómo había sido la transferencia”, añadió Pirillo.
Luego del discurso de Papaleo, le llegó el turno a Pirillo, que no sólo desde hace tiempo golpea al Grupo Clarín con el caso de Papel Prensa sino también con la causa de los hijos adoptivos de Ernestina Herrera de Noble.
“Los diarios pactaron con la junta militar para no denunciar delitos de lesa humanidad a cambio de quedarse con Papel Prensa”, repitió Pirillo ante PERFIL. Y recordando que el gobierno de Raúl Alfonsín dictó un resarcimiento a la familia Graiver, apuntó: “Clarín y La Nación no pusieron un peso por la empresa, lo que ella recibió salió del bolsillo de todos nosotros”.
“Ahora saben la verdad”, habría cerrado la disertación Moreno, según recreó Pirillo.
Los accionistas privados de la empresa refutan la versión de Papaleo y Pirillo: juran que durante la negociación de la compra de Papel Prensa, tanto la viuda Graiver como su hermano, Isidoro, estaban en libertad. Sólo meses más tarde fueron secuestrados por la dictadura.
“Las acciones se compraron en noviembre de 1976”, sostienen, mientras las detenciones de todos los allegados de Graiver habrían sido en marzo de 1977. Además, afirman que en enero de ese año, en una asamblea extraordinaria, “se aprobó la venta de las acciones clase A, propiedad del Grupo Graiver, a los tres diarios (Clarín, La Nación y La Razón)”.
Pirillo sostiene que Patricio Peralta Ramos, el anterior propietario de La Razón, le relató las presiones de los militares para la venta a los diarios.

Fotos CEDOC:
1: Lidia Papaleo, Guillermo Moreno y José Pirillo después de la asamblea de accionistas de la empresa el jueves pasado
2: Héctor Horacio Magnetto
3:
Lidia Papaleo y José Pirillo, el jueves al mediodía, luego de hablar ante Papel Prensa
Fuente:
Diario Perfil

La Nación responde:
Una operación legítima
Frente a los hechos ocurridos en la asamblea de accionistas de Papel Prensa realizada anteayer, La Nación reafirma que la operación de compra de la papelera, que el Gobierno pretende cuestionar y anular, fue absolutamente legal y legítima
Los diarios Clarín, La Nación y La Razón formaron la sociedad Fapel y compraron el total de las acciones clase A de Papel Prensa a Galería Da Vinci, una sociedad del grupo Graiver, y a Rafael Ianover, un testaferro de David Graiver.
La operación se realizó el 2 de noviembre de 1976, según surge de los contratos protocolizados por escribano público y sellados, por lo cual tienen fecha cierta.
Los contratos, que eran firmes e irrevocables, tuvieron principio de ejecución, mediante un pago inicial en efectivo. Luego, se hicieron más pagos a los vendedores y se completó el saldo de precio en expedientes judiciales. En forma contemporánea con los hechos, la transacción fue ampliamente publicitada por los diarios, no sólo por los que participaron en la compra, sino también por gran cantidad de periódicos de todo el país, entre ellos La Opinión, de Jacobo Timerman, de la cual los Graiver eran accionistas.
El 18 de enero de 1977 se realizó una asamblea de accionistas que aprobó la operación con el voto de la mayoría de las acciones, incluidas las del representante de la sucesión Graiver.
Los integrantes de la familia Graiver fueron secuestrados a mediados de marzo de ese año, cinco meses después de que se efectuara la venta de Papel Prensa en favor de los diarios.
Nunca, ni entonces ni luego del regreso de la democracia, los Graiver, en ninguna de las instancias en las que declararon, denunciaron haber vendido mientras estaban secuestrados o detenidos.
Tampoco las autoridades de las distintas épocas encontraron indicios o pruebas que empañaran la legalidad de la transacción.
El Gobierno pretende desconocer esos hechos y reescribir la historia, amenazando con anular la compra de Papel Prensa y busca relacionar a los ejecutivos de los diarios con oscuros hechos de terrorismo de Estado.
Para el Poder Ejecutivo, el control de Papel Prensa se convirtió en un objetivo prioritario, como un medio para control de la prensa gráfica. Si se tiene en cuenta, además, que el Gobierno administra las importaciones de papel, puede llegar a asfixiar a los diarios.
Los objetivos oficiales quedan claros, porque es evidente que la decisión fue tomada al más alto nivel. Un hecho lo prueba. Durante la asamblea de accionistas que tenía a Guillermo Moreno por protagonista, el funcionario interrumpió su monólogo para atender una llamada en su celular: se lo escuchó decir "capitán" y "señora", mientras informaba de lo que allí ocurría. Al regresar a la reunión, dio a entender que había conversado con la presidenta Cristina Kirchner.

Fuente:
Diario La Nación

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